jueves, 3 de enero de 2008

Siete

Te acercas lentamente, rubia y pálida, caminas, flotas mientras atraviesas el salón y te sientas a la mesa. Me acerco a ti; tu perfume, tu olor me marea y casi tiembla mi voz cuando te pregunto que te gustaría esta noche. Me miras; sonríes. Con tu dulce acento francés me dices, que tengo carta abierta, que te sorprenda en esta cena con algo que sea casi un pecado. ¿Por que casi? Mejor te los doy todos.Voy a la cocina, se que te va a gustar cuando regrese. Avaricia; No más de lo que necesites para entender el arte, debe ser un golpe fatal que te ate a la mesa y te impida decirme que no. Foie gras y salmón ahumado. Solo los cebollinos se levantan de tu plato, una rosa hecha con hojuelas de salmón, rosado e intenso como tus labios. Y el foie derritiéndose en tu boca, sobre tu lengua. Trufa rallada, quizás uvas verdes y basta.
Ira; Solo es el comienzo, no te sorprendas. Sabes que tengo tu atención, no escaparás ahora y te enoja saberlo. Carpaccio de res; las finísimas láminas de carne cruda, violenta, con texturas salvajes y sabores primitivos. Bañada en salmoriglio de orégano, pimienta negra y sal marina. Que el aceite de oliva bañe el rojo y la rúcula con el limón y alcaparras te indiquen el camino al parmesano en láminas.
Gula; ¿Más? ¿Por qué no? Tus grandes ojos están tranquilos, puedo notar tu respiración. Lenta, exquisita. Te acomodas en tu silla y levantas tu copa vacía, el mesero la llena con un semillon a la temperatura exacta. Regreso de la cocina y sonríes, mira lo que te he traído.Mozarella capresse; el tomate en rodajas con el grosor exacto se intercala con mozarella y hojas de albahaca fresca en una torre que quiere llegar al cielo, bañado con aceite de oliva y gratinado con parmesano regio. Caliente y vaporoso; te dejo sola.
Pereza; Suena tu teléfono. Miras quien es y lentamente sin que nadie mas lo note, lo apagas y lo dejas caer en tu bolso. La vida es una sola y de todas formas te he traído a la mesa una sopa.Crema de Zapallo y camarones de río con yogur de tomates pasas; las colas del camarón de río, gratinadas, con un toque de cognac, apenas flotando en crema caliente de zapallo y ajos con unas líneas heladas de yogur de tomates secos. ¿Pan? ¡Claro que no!
Codicia; Quizás solo un poco mas. Me siento un poco culpable de arruinar tu dieta. Pero, a estas alturas lo hago más por mí que por ti. Solo deseo tus aplausos, tus miradas… tu deseo.Langostinos al carbón en estofado de caracoles, puré de garbanzos y espuma de cebollino; sobre la loza blanca, los caracoles bañados en salsas de tomate y hierbas aromáticas junto a la costra dorada de los langostinos con pimentón español y el puré de garbanzos, contundente con una sutil, casi imaginaria espuma de yogurt con cebollinos fría, casi helada.
Lujuria; No te iras sin el postre. Chocolate, amargo, profundo, oscuro como mi piel. Se que te imaginas los contrastes, las uniones, las mezclas. ¿Te oí suspirar? Estoy en mi cocina haciendo dentelles de cacao amargo, sutiles encajes como los de tus medias de seda negra.Fondant de chocolate con crema inglesa y dentelles de cacao; lo hice a propósito para ti. Blanca salsa sobre el plato y la torre de chocolate en medio tan elevada, tan fálica. Brillante pero oscura. Te inquietan las texturas, espumoso pero con una costra crujiente que se derrite dentro de tu boca.
Soberbia; Me siento frente a ti. Para ti no hay urgencias, ya lo probaste. Así que ahora mientras te lleno la copa con un late harvest dulce y afrutado. He pedido que me lleven a tu mesa todo lo necesario. Voy a cocinar para ti… frente a ti. Que lo vean los demás, sonríe por favor.Sabayón al amaretto con frutas rojas y helado de jengibre; todo frente a ti. La cremosa combinación de huevo y crema caliente, perfumada de almendras por el amaretto. Que baña las perfectas esferas de helado de jengibre envuelto en frutas rojas que arden con cognac al momento de flambearlas en tu plato.
Envidia; todo esta dicho, quizás una copa mas para darle la pincelada final a la noche, pero, ya entró tu acompañante, ligeramente atrasado. Solo alcanza a pagar tu cuenta. Te vas pero antes de salir me miras y se que volverás mañana. Esta noche no pero siempre nos queda el ultimo whisky de la noche y como Ingrid Bergman…”siempre nos quedará Paris”.

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Carlos Fuentes

Carlos Fuentes
Chef ejecutivo, hizo sus estudios en Francia. Ha trabajado en Europa, en Estados Unidos, Panamá y Ecuador.