jueves, 3 de enero de 2008

Las vísperas

Si, su nombre lo indica. Las vísperas son el anuncio impacientemente esperado del día de la fiesta. Son una costumbre andina nacida en las ceremonias propiciatorias para las grandes celebraciones, son todos los actos y festejos que se llevan a cabo el día anterior a la fiesta propiamente dicha.
Son tan importantes las vísperas que en diciembre las fechas mas importantes se celebran con mas entusiasmo en el día anterior, así, por ejemplo el cinco de diciembre las fiestas celebran a Quito por toda la ciudad mientras que el seis luce cansado y somnoliento.La noche buena es singularmente importante en el imaginario popular y la noche del treinta y uno de diciembre no conoce limites ni respeta rangos mientras el primero de enero solo luce los restos humeantes de las hogueras en las que ardieron los monigotes del año viejo.
Para la víspera de navidad, las cocinas de las abuelas preparaban maravillas azucaradas y entre las mas memorables sin duda alguna están los buñuelos y los pristiños, generosamente regados con miel de panela aderezada con canela y agua de azahar.
Singular historia la de estas especialidades de pastelería. A pesar de que la suave masa compuesta de harina, mantequilla y huevos es muy similar, la forma que adquieren unos y otros es totalmente distinta, así la masa para los buñuelos lleva mas huevo y su contextura es definitivamente mas liquida, por lo que su vocación perfecta es freírse en abundante aceite flotando en una paila de bronce luego que caen de la mano generosa pero prudente de la encargada.
La masa para pristiño, lleva menos huevos, mas mantequilla y mucha mas harina, para que se pueda amasar y estirar bajo la firme presión del bolillo, hasta que alcance el grosor adecuado, se corta en tiras estrechas y se le da la forma de una rosquilla, que antes de entrar al aceite hirviente, recibe unos cortes de cuchillo en el borde que le dan puntas como de estrella.
Si, tan lejos pero tan cerca. El buñuelo, según decían las abuelas, es el postre de navidad, por excelencia ya que en su brillante y esponjosa masa alberga el simbolismo inocente del contenido del pañal del niño Dios, mientras que los pristiños representan la corona de espinas y la miel es la sangre derramada en la cruz.
Quizás por eso es que los buñuelos se comen en noche buena y los pristiños son mas adecuados para el viernes santo, que también es víspera… pero esa es otra historia.

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Carlos Fuentes

Carlos Fuentes
Chef ejecutivo, hizo sus estudios en Francia. Ha trabajado en Europa, en Estados Unidos, Panamá y Ecuador.