jueves, 11 de junio de 2009

CANCION DE AMOR PARA UNA CIUDAD

Porque cuando amanece sobre la ciudad del volcán, el sol tiembla de regocijo.Mi amor, mi dulce y estirada amante, recostada deliciosa sobre los montes, me gusta volver a ti. Me angustia cuando te voy con el pálpito incesante del que espera encontrarse con tu piel tibia y añosa, y respiro hondo la brisa que te recorre.Me enamoras, en tus rincones y en tus curvas, con el insolente calor de tus piedras al sol y cuando aromas en tus tardes con perfumes de eucalipto. Mi amor.Por tus risas de pasillo, he perdido la cabeza y tus veranos de cometas que giran escandalosas en tu redondez azul. Hermosa mujer, valiente y generosa, que hablas como churo de rebeldía, yo te amo profundamente, en cada calle, en cada escalinata y en tus ventanas cerrándose con las lluvias de abril. Ahora que vengo a caminarte lento, me meto en tus mercados y voy tomando de aquí y de allá tus frutos y tus colores.Y al llegar a mi casa, frente a ti, siempre mirándote, empiezo a descifrar tu aliento y tu sabor.Una trucha, delgada, sobre el mesón. Con mi cuchillo afiladísimo, le voy retirando de pieles y de huesos, inmediatamente, sobre el sartén caliente, un chorro de aceite y sobre este el filete de trucha enrollado y sujeto con palillos para que no se rompa ni desarme.Cuando está un punto más que dorado, se añaden puntas y se incendian. el sol tras el volcán enrojece las nubes y empieza a soplar el viento, cuando desaparecen las llamas, se añaden picados hongos varios, los que hallemos, los que tengamos a mano, una o dos hojas de eucalipto fresco y un vaso de chicha.Rectificamos con sal y pimienta fresca y al final para darle textura a la salsa soltamos sobre ella un dado de mantequilla congelado.Aparte, calentamos crema de leche y en ella fundimos chocolate amargo. Hasta formar una ganache, chocolate derretido, cremoso y brillante en donde bañaremos varios racimos de uvillas.y me retiro a comer y a cantar en mi balcón privilegiado, en la cumbre del Itchimbía, la trucha cocida con su hongos en salsa de chicha y eucalipto, y me voy. Y me embriago con las luces que se encienden. Levanto mi copa de Paradoja y brindo contigo, mi hermosa amante.Ya tendré que regresar al sur, a la coqueta ciudad de las polleras, pero por ahora, estoy contigo y no quiero nada mas que comer mis uvillas envueltas en chocolate y cantar interminable que te quiero y que me quiero morir en tus vueltas, mi amor.

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Carlos Fuentes

Carlos Fuentes
Chef ejecutivo, hizo sus estudios en Francia. Ha trabajado en Europa, en Estados Unidos, Panamá y Ecuador.